No
sea una de esas personas que se consideran destinadas a ser infelices. Aunque
no seamos ricos, delgados, bien parecidos y admirados por nuestros colegas ni
nos hayamos ganado la lotería, podemos ser felices si reorganizamos nuestras
ideas.
Ninguna
circunstancia externa determina que seamos o no felices. Lo importante es
nuestra actitud hacia la vida. Seremos felices si somos positivos. Y, al
contrario, seremos infelices si somos negativos.
Todos
tenemos la capacidad de aumentar con creces nuestra felicidad. Pero esto se
logra si hacemos el esfuerzo consciente de ser felices. Esto implica que
desarrollemos los hábitos y las actitudes de las personas que son felices.
Además, si es necesario, debemos cambiar nuestra forma de pensar y nuestro comportamiento.
En
última instancia, todos escogemos ser felices. Podemos propiciar la felicidad a
través de conceptos científicos muy básicos; pero esto supone un gran esfuerzo.
No es fácil cambiar nuestra manera de pensar, nuestras actitudes y nuestro comportamiento;
sin embargo, hacerlo podría cambiar por completo nuestra vida.
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